Quizás, para algunos, este sea un artículo demasiado atrevido. Ellos son los que deben poner más atención, porque si les parece atrevido, algo en su vida sexual no va demasiado bien. Con todos mis respetos.
Mi intención es hacer un estriptis integral de mi condición y visión sexual. Espero no molestar a nadie.
Siempre he considerado el sexo como parte fundamental de una vida sana. Y así es como he disfrutado de él; sin complejos, sin límites preestablecidos y con la mente abierta para disfrutar al máximo.
Uno de los mayores problemas en relación al sexo, a mi parecer, es precisamente no tener la mente abierta para disfrutar al máximo sin prejuicios ni tabúes. Para mí nunca fue un problema, porque nací bisexual, pero entiendo que a muchos de vosotros os cueste más.
Una vida sexual sana y completa empieza por conocerte a la perfección. Tus tiempos, zonas erógenas, formas de conseguir placer, sensaciones, etc. Sólo cuando te conoces a la perfección eres capaz de disfrutar sólo, acompañado y de disfrutar y hacer disfrutar en cualquier situación.
¡Y que no pare!
La masturbación nos debe acompañar siempre. Es algo que no se debe perder nunca, sólo o acompañado de nuestra pareja o quién estimemos oportuno.
Algunas veces me comentan que desde que tienen pareja ya no se masturban. Eso es un error. No es algo que haya que abandonar por el simple hecho de tener pareja. Hay muchísimos estudios que apoyan la masturbación por muchísimas razones. No hace falta acudir a ellos para entender que es así. Y no se trata de un rechazo de forma alguna a la pareja. Incluso algunas veces, en la pareja uno quiere tener sexo y el otro no, lo que es totalmente respetable. ¿Por qué no poder satisfacer a tu pareja de todas formas y animarle a que se masturbe?
Porque a uno no le apetezca no significa que el otro no pueda disfrutar, teniendo además, la complicidad de su pareja. Obviar los tabúes existentes, porque lo único que conseguís es no disfrutar de los placeres que nos da la vida.
¿Cómo os sentiríais mejor? ¿Poder tener algo de sexo estando con tu pareja aunque a él o a ella no le apetezca y respetarla a la vez o no tenerlo? O aún peor, tenerlo a escondidas o con otras personas ocultándoselo a tu pareja.
La complicidad en el sexo no hay que perderla nunca y eso se consigue tratándolo como algo más de nuestras vidas. Muchas veces, aunque nos apetezca, no lo proponemos porque pensamos que no está bien, que rechazará la idea, que sería algo denigrante y muchas veces nos asombramos cuando al proponerlo los dos están de acuerdo y se vuelve algo normal y placentero.
Si podemos sacar algo en claro de la masturbación, además del placer, que no es poco, es que si no somos capaces de darnos placer a nosotros mismos y conocernos lo suficiente, será complicado llegar a recibir el máximo placer de otra u otras personas.
Sexo y Vida.
Yo soy de los que defiendo el sexo con amor y el sexo sin amor.
Sí, el sexo por el placer del sexo, por supuesto de buen rollo, pero sexo al fin. Y no por la barata excusa, o más bien gratuita, de los chicos o chicas que separan el sexo del amor para justificar sus infidelidades. No, no es así, no es esa mi filosofía. Yo siempre he sido fiel, no a mi pareja sino a mi relación.
Quizás estéis pensando que es lo mismo, pues no, no lo es. Soy fiel a la relación con mi pareja. A lo que los dos acordamos como límites o condiciones de nuestra relación. Eso es lo que creo que es ser consecuente con uno mismo y la pareja, responsable y respetuoso para los dos.
Y por eso separo el sexo con amor y el sexo sin amor dentro de una fidelidad mutua. Porque el sexo es un mundo en sí mismo y hay que disfrutarlo en todas sus vertientes. En las que decidamos y nos den placer, claro está.
Evidentemente esto no es gratuito. Hay que tener una relación muy sólida y con un proyecto en común estable, sino sería parte de un declive anunciado.
La totalidad de los prejuicios y tabúes que se tiene en relación al sexo han sido promovidos por personas o instituciones ajenas al sexo totalmente. Y vienen de un tiempo en el que los abuelos de los abuelos de nuestros abuelos aún no habían nacido. Es curioso que sigan manteniéndose en pleno siglo XXI.
Y es más curioso aún que esos prejuicios o tabúes nos afecten en la intimidad, ya que somos nosotros mismos los que nos juzgamos. Nadie más se encuentra, de esas personas o instituciones, en nuestra cama.
Eso deja de tener sentido cuando comprendemos que el resto de personas, personas sanas mentalmente, tienen los mismos impulsos y necesidades que nosotros. Las mismas ganas de tener y dar placer. Y sólo hay que darles la oportunidad de que nos cuenten, contarles y ser cómplices de sus fantasías para que lo sea también de las nuestras.
¡Ahora es el momento!
El momento de cambiar nuestra vida sexual. El momento de apostar por nosotros y no por lo que otros dirán, otros que no se conforman sólo con no disfrutar, sino que, además, quieren que los demás no disfruten. Ahora es nuestro turno. Dar el paso y ser adultos y consecuentes con lo que queremos. Eliminar barreras. Abrir nuestra mente y entrar en un mundo apasionante que está al alcance de todos. Y empezar a pensar en qué queremos nosotros. Y todo esto, por supuesto, con el máximo respeto a los demás.
Podría ahondar aún más en este tema, mucho más, pero no quiero que alguna o alguno de los lectores se santigüe y rece por mí, para que no pase el resto de mi vida en el infierno. Algo complicado, ya que soy ateo. Con todos mis respetos para los creyentes
¿No te atreves? Tú te lo pierdes.
Disfrutad y sed felices. El Sexo es Vida
El capitán de su calle